EL GRADO DE HISTORIA: SU DEGENERACIÓN POR EL PLAN BOLONIA

Me acuerdo de la cantidad de huelgas que varios de mis profesores de la ESO hicieron en contra del Plan Bolonia; ningune entendíamos el porqué.

Hasta que, una vez entré en el grado, descubres la verdad. Y no es muy agradable.

Como graduada en Historia, debo hacer un contexto de las licenciaturas: en la licenciatura de Historia, de cinco años, los tres primeros años eran generales; a partir del cuarto, podías elegir la rama que te ibas a especializar (sea Historia Medieval, H. Moderna, Archivos, etc) hasta el final de la carrera.

Sin embargo, con el Plan Bolonia, el grado de Historia, junto con la mayoría, pasó de cinco a cuatro años. Pasó de diez asignaturas para todo un año completo a cinco en cada cuatrimestre (dos para cada curso lectivo, uno de septiembre-diciembre y el otro de febrero-mayo), lo que redujo considerablemente el aprendizaje para una carrera tan teórico como es Historia. Y quitando las especializaciones, dejándolo para los masters (que también…)

Y no solo eso: a ninguno, en Bachillerato, nos explicó que teníamos que sacar un certificado de idiomas para poder sacar el grado, ya que, con el Plan Bolonia, se convirtió en obligatorio. Recuerdo el día que mi profesor de Historia Medieval nos lo dijo y todos nos callamos: estábamos más que cabreados (pero eh, al profesor hay que quererle, que es muy bueno)

Imaginad a mí, estudiando cinco asignaturas en cada cuatrimestre, muy teórico todo, y llega enero y los exámenes. Cuando acabas con los exámenes, comenzamos febrero con un nuevo cuatrimestre y ahí, con cinco nuevas asignaturas hasta junio. Si te quedaba alguna, para julio, pero EH, en mi primer año (2011-2012) tuve las extraordinarias… ¡en septiembre! No fue hasta el curso siguiente cuando cambiaron de septiembre a julio los exámenes extraordinarios. Es decir, mi primer año fue el último año de los exámenes en septiembre, y mi segundo año, la transición al Plan Bolonia de manera definitiva.

Así que sí, todas las carreras han degenerado por culpa del Plan Bolonia, pero sufren más los grados de letras que los grados con más práctica, pues su aprendizaje se hace más complicado, la teoría no se llega a aprender del todo y hay mucha limitación. Y lo dicen muchos cuestionarios, donde se ve que cada vez hay menos personas que se matriculan en una carrera de letras. Y estas personas que se marchan de la universidad, entran a los ciclos formativos de formación profesional. 

Pero hay algo que me chirria bastante: las profesiones salientes del grado. La de veces que he escuchado:

Oye, Lubla, ¿por qué, si eres historiadora, no estudias Magisterio y te haces profesora?

Primero, porque lo de ser profesora de historia no me interesaba mucho en aquel momento (ahora, algo más, pero encima de contabilidad, es que también xD). Además, Magisterio no es la única salida: están las áreas de culturas de la Administración Pública (museos, archivos, bibliotecas) y el turismo. Pero claro, oposiciones. Y durante el grado, quería ser prehistoriadora (me molaba la Prehistoria y todo lo relacionado con el hombre), pero al descubrir las prácticas externas en el archivo, descubrí que me molaba más la idea de acabar mi grado con mi TFG sobre los archivos parroquiales.

Cuando acabé el grado, no me metí en ningún otro grado ni máster en mi universidad. Ya tengo suficiente con algunas experiencias malas con ciertos profesores de mi facultad

Otra cosa que considerar, la universidad no te forma de manera laboral una vez acabas con el grado o máster. Hubo un par de años donde hubo conferencias de empleados o trabajadores que estudiaron carreras de letras, y podríamos tener una idea de posibles empleos para nosotres, les alumnes de letras. Encima, las prácticas externas hay que pagarlas (porque si, tiene sus ECTS, y baratos no eran).

Han pasado cuatro años desde que acabé la carrera, me apunté a varias oposiciones, no entré a ninguna, envié CVs a empresas dedicadas a archivos… Y nadie me llamó. Hasta que, hace unos meses, pude entrar a un ciclo formativo de ciclo superior, el de Asistencia a Dirección, y me está encantando. Todo práctico, aprobando al fin cuentas matemáticas, y eso me gusta. Encima, algo que, en el pasado, nunca pude hacerlo por las bajas notas, pero ahora sí que quiero hacerlo: meterme a Erasmus + y poder hacer mis prácticas fuera de España.

Además, aporto algo a mis compañeros de clase: mi experiencia con la universidad; todo lo que os he explicado hasta ahora, en este artículo, lo he comentado delante de ellos. Obviamente, ellos tienen su decisión de hacer lo que quieran, pero así tienen una idea de lo que se puedan encontrar si se meten, después del ciclo, en un grado universitario.

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